domingo, 27 de marzo de 2011

El dia que nos perdimos

Cuando nos perdimos dentro de nosotros mismo y no nos dejamos jalar hacia afuera ese dia se poso la noche eterna en el horizonte, ese dia perdimos algo.

Cuando comenzamos a utilizar palabras, miradas y acciones para conformar armaduras que nos protejieran ese dia las nubes color fuego abandonar la noche y el cielo dejo el azul, ese dia perdimos algo.

Cuando olvidamos hablar con quien teniamos a nuestro lado. Cuando olvidamos relatarnos unos a los otros acerca de las tormentas que se sacudian en nuestro interior. Cuando creimos que era normal refugiarse en una botella, dopar nuestros cuerpos, alejar la conciencia, para poder mirarnos a los ojos y hablarnos. Para poder actuar como queriamos sin nuestro consentimiento. Ese dia en silencio sin que nadie lo advirtiera la luna de plata deserto el firmamento, ese dia perdimos algo.

Y cuando finalmente cansados, solos, desdichados, olvidados, sin colores en la noche nos rendimos decidimos condenarnos del todo. Nos sentamos frente a estas ventanas que la realidad no muestran y cambiamos palabras por caracteres, caricias por tecleado, dejamos de mirarnos a los ojos. Ese dia las estrellas dejaron su destello para siempre y se humdieron en la oscuridad, ese dia perdimos algo.

Nos dejamos convencer de que no habiamos perdido nada. Nos dejamos convencer de que era algo normal, de que era parte de nosotros de que era necesario para nosotros. Mientras que lo que simepre fue necesario siempre lo tuvimos, el calor de alguien a nuestro lado, los suspiros muriendo en el aire de invierno, dos manos entrelazadas, palabras entrecortadas, los ojos vidriosos contemplando ambos el mismo paisaje.