Primero que nada quiero dejar claro a los lectores que esta narración es publicada principalmente pero vanagloriar a las personas que combatimos el fuego aquel día tal vez a alguno no le parezca algo importante pero yo creo que nos lo merecemos, el texto fue pulido para erradicar rastros de egocentrismo. Solo deseando que lo disfruten y lo lean en toda su extensión comienzo:
Ya acercándome a fines de enero no esperaba mucho mas de el verano, pese a que quedaba un mes y poco mas de vacaciones, el campamento scout había colmado mis expectativas y ya tenia buenos recuerdos de todo enero. Pero como es usual en la especie a la que aun pertenezco (Homo sapiens sapiens, que irónico pertenezco y aborrezco riman) el destino nos sorprende incontables veces.
Lo que comenzó como una placida bicicletada junto a Tomas hacia playa verde para encontrarnos con Gastón, Guzmán y Bernardo se retorció, aúllo, muto para convertirse en una ardua pelea contra el fuego. Ya al pasar de las flores a playa verde sentí la ola de calor golpearme el pecho (no, no estoy exagerando) el aire se volvió mas pesado y contemplamos con nuestros ojos la furia, la ira devastadora de la naturaleza. Unos
No se que fue pero algo me hizo caminar hacia esa casa, pero si recuerdo que cuando llegue al patio de esa casa vi lo que siempre había esperado ver, una imagen que sinceramente me choco, un centenar de personas armadas de machetes, motosierras, hachas esperaban expectantes el fuego, un bombero hablaba por su teléfono explicando la situación, unas cuantas personas desvalijaban la casa y ponían las cosas en un camión, una mujer lloraba desesperada rogándonos que nos fuéramos que no servíamos muertos (es verdad) que los bombero se encargarían (vi a dos nada mas aquel día), otras mujeres llenaban todo tipo de recipientes y los ponían en el jardin, los helicópteros sacudían el cielo en mi vida me había pasado uno tan cerca el sonido de las aspas te retumba en los oídos. Lo primero que hice fue ayudar a sacar las cosas de la casa que ya casi estaba vacía, sacamos una cama y un mueble, en el piso de la casa observe pisoteadas esas pequeñas cosas (como dice Serrat) dibujos de un niño, colages, juguetes, fotos, etc esas cosas que nos traen tantos recuerdos pero que parecían no merecerse salvarse. Cuando salí de la casa la lucha contra el fuego ya había comenzado.
I-Cuerpo a Cuerpo: El bombero dio ordenes de que los que tenian aquellos gajos grandes y verdes de eucalipto relucieran el fuego que avanzaba como un animal rastrero (no solo porque iba por el suelo si no porque era largo y poco ancho) invadiendo el suelo así lo hicimos seriamos unos 50 golpeando con las ramas verdes el fuego. Es raro porque se ve al fuego como algo que el hombre controla fácilmente, lo prendemos lo apagamos, el fuego nos da refugio, nos calienta es como si nos arropara, nosotros lo ayudamos a crecer soplando y demás. Pero les aseguro que el fuego que allá había era uno distinto, hacia retroceder a muchos de los hombres de la larga hilera debido al insoportable calor (pese a que el fuego no pasaba de la rodilla) y el humo otros esperaban atrás y los remplazaban. Por suerte con mucho esfuerzo el esfuerzo estupido de hombre (ese refuerzo orgulloso casi testarudo) que tantas cosas ha logrado sacamos al fuego se allí. Desgraciadamente después de haberlo vencido en campo abierto el fuego tomo otro camino y empezó a quemas las chircas que oportunamente estaban muy cerca de la casa.
II-Los Leñadores: El siguiente paso consistió en cortar la mayor cantidad de aquellas chircas que estaban tan cerca de la casa ya que una pequeña chispa planeadora podia desatar un infierno en el techo de quincho. Asi que todo los que tenian instrumental adecuado se metieron enrte la vegetación y empezaron a cortarla sin piedad. Recuerdo a un hombre en particular esta vestido con un short, botas, camisa a cuadros abierta y un gorro militar fue él el que hizo uno de esos comentarios que nos aliviaban en momentos de tensión “esta leña de mierda cuando keres hacer asado no prende y ahora se quema toda”. Junto a el y otros mas cortamos muchas plantas y las alejamos de la casa.
III-La Caballería: Entre aquel tumulto de gente desesperada, entre los sonidos ensordecedores de los helicópteros y el crepitar de las llamas se sintió el sonido de una sirena, los bomberos (uniformados, ya que bomberos hubo muchos aquel día) habían llegado, un camión cisterna y una maquina con pala (para hacer el corta fuego), en todo aquello también llego Tomas que milagrosamente tenia mi remera la cual moje y me puse de tapa boca, me alivio bastante pero no era suficiente para retener el humo al que muchos estabamos por enfrentarnos.
IV-La Manguera: Ayudar con la manguera fue sin duda alguna el trabajo mas desgastador. Éramos unos 30 agarrando la manguera desde el camión hasta la punta, había que hacerlo pues si tocaba el piso se podía estropear. Pero no fue el pero trabajo porque la manguera fuera pesada si no porque el humo te deshacía los ojos (te los deshacía me hacia acordar a cuando le pones un grano de sal gruesa a una babosa) y te impedía mucho respira te hacia toser seguido además para los primeros el suelo seguía caliente y mis hawaianas de mierda estaban cediendo. Mis pies ya habían sufrido bastantes pinchazos y quemaduras a esa altura. En ese momento de delirio extremo, en que te duelen muchas partes del cuerpo a la vez, en la que no podes ver al que tenes a un metro, los ojos te arden ni siquiera podes abrirlos y el calor te acecha, lo que un hombre debe hacer es (recomendación) es entonar aquella melodía que sea la mas calma y hermosa, la que nos llene de paz en mi caso Walk of Life les aseguro que les funciona el miedo se va. Después de eso podes salir de entre las llamas tarareándola o puede ser lo último que entones también.
V-El Segundo Frente: Después de estar largo rato en aquella agotadora tarea, el viento corrió el fuego hacia otro frente una casa de bloques blanca mucho mas pequeña que la otra era amenazada ahora. El viento iba cuesta abajo y hacia que el fuego se dirigiese rápidamente a la casa además el humo hacia que pasar por el terreno de la casa fuese suicidio aun así lo hicimos unos 30. En aquel frente también ayudamos con la manguera. Al fuego de aquel cerro de playa hermosa lo acabamos no muy lejos de aquella casa era un pequeño foco de unos
Comenzamos a bajar el cerro, caminábamos por la calle la cual estaba repleta de gente con ojos rojos, tosiendo, dolidos pero en sus ojos se veía rebosante orgullo (tal vez les parezca una exageración pero así era) estaban orgullosos de si mismos y de los demás, al bajar me cruce con muchos negros con muchos hermanos de armas, uno de los bomberos aun seguía hablando por su celular, todos los demás festejaban felices de haber salvado sus hogares con la ayuda de los demás.
Así fue
Ese día muchos hombres habían ayudado un centenar de hombres muy distintos, había gauchos, había jóvenes que serian surfers, gente pobre rica, más gorda más flaca, más alta mas baja todos y cada uno de ellos en ese cerro en la misma deplorable situación teñidos por el tizne de los pies a la cabeza todos igualmente negros manchados por la naturaleza, así debe ser cuando las personas se esfuerzan todos juntos por algo son iguales y es raro decirlo pero estas tragedias son de las pocas cosas que unen a los pueblos.
Estos son mis recuerdos se aquel día en que fui bombero, pase el resto del verano vigilando el cielo dispuesto a combatir el fuego muchas veces mas, después de todo yo tenia algo mas por lo que hacerlo que mis hermanos de armas y era que realmente me molestaba que se quemaran aquella vegetación, volví al cerro después de un mes estaba negro la casa de quincho intacta pedí un vaso de agua iba a comentarle a la señora que me atendió que yo había ayudado pero me trague mis palabras y me fui.