domingo, 12 de junio de 2011

Carnero

No apto para menores de 12.



Caminaba solo como tantas otras oscuras noches. Unas horas despues de que el sol se fuera la noche habia permanecido iluminada aun, el cielo azul como el mar profundo y algunas nubes alargadas y rojizas acompañando a unas pocas estrellas ciegas, vaya espectaculo.

Ahora la noche lo observaba desde cada oscuro recondito paraje y el solo deseaba ser parte de esa penumbra. bien savia que los ojos qu ven desde la sombrta distinguen aquello que habita en la luz ademas de poder ver todo ltaba erao que los rodea en el mar de oscuridad, mientyras que los que habitan en la luz solo la luz enceguecedora pueden ver.
Camuflado en la noche avanzo por la empinada calle haccia arriba, todo habia dormido o todo habia muerto. Era dificil saverlo pero no importaba si era una cosa o la otra, la noche se cernia sobre la ciudad como una enorme nube venenosa.
Pocos ojos furtivos observaban al que pasaba, este apreto la mano entorno al mango de su arma fruncio el entresejo lanzo un suspiro que murio congelado en el aire y siguio caminando, procurando no ir ni muy lento ni muy rapido, procurando acompasarse a la noche y que sus pasos marcaran el compas de ella. Como bailando con ese espectro negro.
Llego a la casa finalmente. Todo estaba, negro, sumamente negro, no habia luna, no habia vida en aquella noche muda. Patio la puerta elevando el pie altamente y la derribo sin problema. En ese momento un az de luz amarilla salio de la casa y le arrebato la vissta. Parecia que alguien habia abierto una pequeña brecha un agujero en aquella negra ciudad y que ahora todo el oro y la luz que la oscuridad reprimia se filtraba por ese agujero.
Habilmente se agacho y en cuanto pudo descubrir la figura de un hombre intentando refugiarse disparo y dio en el blanco. Solo un disparo, solo ese sonido profirio la noche. Se alejo caminando de la casa. La luz calida se habia extinguido, todo pàrecia estar en su devido lugar. Excepto por la calle, la calle por la que habia venido no estaba en bajada, se habia convertido en un estrecho callejon que subia serpenteando entre las casas. La noche se cerro sobre el y lo queria muerto. Algo mas estaba mal, miro a un lado y a otro y con un agujero en el pecho y el alma sangrando de precipito hacia la noche, el otoño caia desde los arboles pero no era momento de caer como todas esas hojas.

Oyo un sonido melancolico en la noche y distinguio un hombre a solo unos pocos metros de el sentado en el cordon. ¿De donde habia salido? ¿como no lo habia visto de mas lejos? Sin duda sus sentidos comenzaban a fallarle devido a toda la sangre que le brotaba del pecho.
El otro hombre tocaba una armonica suavemente acariciandola con sus labios tenia los codos apoyados sobre las rodillas y un sombrero escondiendole el rostro. Al sentir la presencia de el otro hombre que permanecia parado mirandolo con una mano en el pecho y la otra en un arma levanto la cabeza y al mirarlo comenzo a reir. Una risa quedada y putrefdacta como si todos los ancianos de la tierra se rieran a gtraves de el.
Aparto la vista con ira y siguio camionando, ahora sus pasos se desacompasaban con la melodia de la noche. Depronto su cuerpo comenzo a temblar se debilito y cayo al suelo. Tomo aire y se levanto. Continuo caminando por el callejon, iba apoyandose en los muros de las casas quie cercaban el camino.
Cayo de nuevo pero esta vez no volvio a levantarse. Ni siquiera podia moverse. Miro al suelo de adoquines mojados porla humedad de la noche miro mas lejos y vio su mano inmovilizada miro mas lejos y vio tres figuras. Dos hombres estaban incorporados de cuclillas a solo dos metros de el lo miraban mientras sonreian maquiavelicamente. Uno jugaba con un cuchillo entre sus manos, el otro sostenia a la tercer figura que estaba en el medio de los dos hombres, un perro negro y corpulento de ojos hambrientos y dientes mortiferos; gruñia, se sacudia espectante, se le caia la baba. soboreaba aun sin haber provado bocado.
Otra vez se rompio el silencio, la noche ya no le pertenecia.