Ayer de Noche

Al bajarme del carro de metal estaba en plena y chingada ciudad vieja. En frente mío se erguía la putrefacta puerta de la ciudadela que ya ni de símbolo sirve (debido a que las puertas se construyen para que pasen algunas cosas si y otras no, y no es lo que pasa en estos tiempos que al Uruguay entra cualquier mierda). Camine por la calle de adoquines esquivando planchas para taxis, cuando doble la esquina encontré el bar, boliche o lo que fuere Eneida, no había llegado tarde como pensaba, en la puerta me encontré con un par de caras que no veía hace ya unas lunas. Mientras que espere en la puerta estuve charlando con un viejo compatriota de los caminos, observe como los roqueros que al igual que yo esperaban se burlaban de un indigente cuya mente había sido notoriamente deteriorada por la vida en la calle lo aplaudían mientras bailaba y cantaba como un idiota.

Luego de estar esperando por lo menos una hora, entre al place, nada especial a excepción de una moza. En la esquina un pequeño chingo de cemento elevado un medio metro del suelo con los instrumentos de la banda Alivio por la que yo estaba ahí esa noche. Ya adentro me encontré con los negros de alivio a los cuales les temblaban las extremidades a excepción de su bajista que se mantenía calmo como siempre oculto detrás de su melena.

Espere un tiempo y luego el toque empezó, los tres victores se subieron al “escenario” las luces se apagaron dejo de sonar “Sweet cihld of mind”, se encendieron cajas negras que despedían fulgores verdes y rojos y las tres figuritas comenzaron a hacerle el amor a sus instrumentos. Estuve un periodo corto vagando por el boliche buscando un lugar donde sentarme a ver a los negros, lo encontré en una escalera y desde ahí los observe.

Hay una cancion de Mark Knopfler que describe a una banda llamada los Sultans of swing, en una parte dice “and harry doesn’t mind if he doesn’t make the scence” ese seria Gonzalo que tocaba la guitarra con su estilo zombie encorvado encima del micrófono siendo aunque creo que en el fondo no lo quería el “encabezador de esa banda”, el gausa no se movida mucho tampoco, detrás del guitarrista y del bajista estaba sentado el miembro digamos mas alive de la banda que le aportaba un poco de energía.

El toque fue todo un éxito, de nuevo felicitaciones pa’ los negros.

Que viva la patria, nuestras hermosas pasturas vverdes.